Un estudio recupera más de un siglo de historia de las comadronas de Palafrugell
La primera referencia documental de las comadronas de Palafrugell data del 25 de septiembre de 1584: ese día, la partera dio a luz a una criatura agónica y la misma mujer que le había ayudado a nacer tuvo que administrarle a toda prisa el bautismo.
Muchas de las comadronas que han sobrevivido hasta el siglo XVIII al anonimato de aquellas habitaciones de chillidos y palanganas, mucho antes de que se extendiera el uso anestésico del éter y la epidural, deben su nombre al registro precisamente por la muerte, por esta su intervención « por instante necessitate ». Rosa M. Masana, enfermera de los servicios de salud del Baix Empordà, ha exhumado el nombre de unas cuantas de aquellas primeras asistentes del parto y de muchas posteriores en Matronas de Palafrugell , el segundo título de la colección Mujeres con Nombre Propio impulsada por la Asociación de Apoyo a la Mujer del municipio. Estructurado en tres bloques cronológicos que recorren la evolución de la profesión desde sus precarios orígenes hasta la explosión demográfica de los sesenta, pasando por los años cruentos de la guerra, el libro parte de la refundición de varios artículos publicados por la propia Masana en la Revista de Palafrugell entre 1999 y 2001 a partir de su investigación en los archivos municipal y de la parroquia y de entrevistas con comadronas jubiladas y en activo, ampliados ahora con nuevos hallazgos y curiosidades que hacen de su estudio un documento híbrido entre el reportaje, el manual de divulgación y el anecdotario. A través de las páginas del libro, se recuerdan los tiempos que las comadronas necesitaban el consentimiento del marido para estudiar, que tenían un sueldo de 250 reales, que se desplazaban a pie o con tartana, negra noche, cargadas con la lámpara de aceite y el agua hervida, o más adelante, con el maletín. Pero la historia de las comadronas es también la de la maternidad, y Masana ha recogido abundante información que abarca desde el dato administrativo, como la promulgación de la ley Dato en 1900, que por primera vez regulaba un permiso de tres semanas después del parte, hasta el anecdotario, el saber popular y la superstición, en los que no faltan la interpretación de las fases de la luna ni la prueba de la rana para detectar el embarazo.
En la página número 49 de este libro hablamos de la matrona Enriqueta Cofan Grabulós y más adelante localizamos algunas notas de prensa, la del día 8 de agosto del año 1915 del Baix Empordà decía que E.Cofan había trasladado el suyo domicilio en la calle de Sant Martí y también que las personas que necesitaran trabajos de encuadernación podían acudir a este mismo domicilio a consultar al señor Josep Nicolau. J. Nicolau era el marido de Enriqueta.
En el Centro Fraternal de Palafrugell se celebró un festival de belleza en el que participó la orquesta ‘Es Montgrins’, el Baix Empordà del día seis de marzo del año 1921 decía que habían sido tres las encantadoras jóvenes que obtuvieron un premio, entre ellas estaban Enriqueta Cofan. El acto tuvo un gran éxito de público y se pudo destinar, derivadas de este acto, 169,95 pesetas en el Asilo de Vells de Palafrugell.
El Baix Empordà del día 24 de agosto de 1924 comunicaba que el viernes a las ocho de la mañana Enriqueta había muerto, alababan su trabajo y también el de esposa y madre.
Sabemos que también ejerció en Palafrugell Marieta Marinyat, posiblemente durante poco tiempo, haciendo alguna sustitución porque no hemos obtenido más información de ella.
Comentario de Eva Vázquez: Han acompañado, a menudo en el anonimato, el nacimiento de miles de palafrugellenses, en la penuria y en la guerra, en la dificultad y en el dolor, entre sacramentos y supersticiones, engordando anecdotarios y recuerdos. Ahora, la enfermera Rosa Maria Masana (Terrassa, 1945) las ha ordenado cronológicamente con nombre y apellido a Comadronas de Palafrugell. 165 años de historia .
Comentario publicado en la revista digital ‘Enfermería Avanza’ dirigida por Manuel Solorzano el día 12 de enero del año 2009. Para leer más click en :
Magnífico libro realizado por la enfermera Rosa María Masana Ribas, hecho en catalán y su significado en castellano sería “Parteras o Matronas de Palafrugell. 165 años de historia”.
El libro contiene 119 páginas, entre ellas guapas fotos rehaciendo la historia que sin estar en este libro, seguramente se habría perdido. El libro está editado por Asociación Apoyo a la Mujer de Palafrugell.
Noticias aparecidas en la prensa local.
Publicación en el Nou Palafrugell, diciembre 2006Noticia en el Nuevo Nuevo, 2006Cartell publicitari per la presentació del llibre
Muchas de las comadronas que han sobrevivido hasta el siglo XVIII al anonimato de aquellas habitaciones de chillidos y palanganas, mucho antes de que se extendiera el uso anestésico del éter y la epidural, deben su nombre al registro precisamente por la muerte, por esta su intervención « por instante necessitate ». Rosa M. Masana, enfermera de los servicios de salud del Baix Empordà, ha exhumado el nombre de unas cuantas de aquellas primeras asistentes del parto y de muchas posteriores en Matronas de Palafrugell , el segundo título de la colección Mujeres con Nombre Propio impulsada por la Asociación de Apoyo a la Mujer del municipio. Estructurado en tres bloques cronológicos que recorren la evolución de la profesión desde sus precarios orígenes hasta la explosión demográfica de los sesenta, pasando por los años cruentos de la guerra, el libro parte de la refundición de varios artículos publicados por la propia Masana en la Revista de Palafrugell entre 1999 y 2001 a partir de su investigación en los archivos municipal y de la parroquia y de entrevistas con comadronas jubiladas y en activo, ampliados ahora con nuevos hallazgos y curiosidades que hacen de su estudio un documento híbrido entre el reportaje, el manual de divulgación y el anecdotario. A través de las páginas del libro, se recuerdan los tiempos que las comadronas necesitaban el consentimiento del marido para estudiar, que tenían un sueldo de 250 reales, que se desplazaban a pie o con tartana, negra noche, cargadas con la lámpara de aceite y el agua hervida, o más adelante, con el maletín. Pero la historia de las comadronas es también la de la maternidad, y Masana ha recogido abundante información que abarca desde el dato administrativo, como la promulgación de la ley Dato en 1900, que por primera vez regulaba un permiso de tres semanas después del parte, hasta el anecdotario, el saber popular y la superstición, en los que no faltan la interpretación de las fases de la luna ni la prueba de la rana para detectar el embarazo.
