Hace un día el 16 de julio de 2022, adjuntamos en este bloc el texto literal de un artículo titulado: La expedición Nansen  redactado por Argos y publicado en el periódico La Lucha, Gerona 6 de octubre de 1897, texto que puede ser consultado en la hemeroteca digitalizada del ‘Arxiu Municipal de Girona’.

Actualmente ha sido localizado un nuevo artículo que trata de la misma expedición redactado por el mismo autor y encabezado con el título : Revista científica publicado en La Lucha, Gerona 19 de octubre del 1897, Argos escribía :

Los cálculos sobre el espesor del acantilado glacial que se habían hecho hasta hoy, eran muy discutidos. Siempre se creyó que las cifras apuntadas por Neres, que atribuía de 25 a 45 metros de espesor á los hielos del mar paneocrístico, eran exageradas: la que proponen Markbam y Weyprecht se aproximan más á las indicadas por Nansen, que no pasan de 10 metros.

Un hecho interesante, que estos exploradores no notaron y que Nansen señala, es el “reparto” de temperaturas en el agua bajo el acantilado.

Mar de Kara -Google maps-

Nansen ha descubierto la existencia de una capa espesa relativamente tibia… de una temperatura de algunas décimas de grado sobre cero; la de un bochornoso verano para los que andaban de costumbre a 40 y 50 grados bajo cero.

Este hecho es la indicación de la probable existencia de una circulación, alrededor del polo, de corrientes que tienen lejano origen en las regiones cálidas del globo.

Otro hecho curioso es el encuentro del “agua muerta” en el mar de Kara: una capa de agua dulce, potable, reposando sobre el agua salada y que parecía agregarse al barco y ser extraída por él, resbalando sobre el mar y distribuyendo á veces la velocidad del viaje.

Es evidente, según Nansen, que las aguas polares no están privadas de seres vivientes. En las aguas libres, ó en porción de ellas, las focas, los narvales, los pájaros abundan y al borde del acantilado, procedimiento por el cual se preparan á menudo los alimentos antes de cocinarlos, con objeto de ahorrar combustible.

Cuando el cocinero fue á las cuarenta y ocho horas á recoger el saco donde metió las viandas, vio no sin asombro que infinidad de animalitos saltaban como pulgas sobre los hielos. Los había á millares y Nansen, que es profesor de zoología, reconoció entre ellos muchos artrópodos, crustáceos pequeñitos muy ágiles de los que hay una especie en nuestras costas, saltando entre la arena de las playas.

El descubrimiento regocijó á los expedicionarios, porqué en caso de necesidad podrían recurrir á este medio para procurarse víveres. Los tales bichos son comestibles, aunque poco nutritivos.

En octubre, á los 80 grados de latitud Norte pescaron á 50 metros de profundidad multitud de ostrácodos y copépodos estos fosforescentes; y una lombriz pequeña, que abunda mucho, del género “Spadella”.

La vida, por lo tanto, no está suspendida bajo las montañas de hielo del Polo, es per el contario muy activa.

En el fondo, ya á los 90 metros solamente, los animales son numerosos: estrellas de mar, medusas, moluscos, corales, lombrices, esponjas y también crustáceos.

De la vida vegetal hay así mismo pruebas. Al principio de la “deriva” del “Fram” en la mezcla de agua y hielo que empujaba al barco, encontró Nansen pequeños organismos vegetales inferiores como algas rojas y amarillas, y diatomeas con otras especies nuevas para la ciencia que flotaban en la capa de agua dulce que había sobre la salada.

Otro descubrimiento verdaderamente maravilloso fue el del polvo. ¡Polvo sobre los hielos y á tan enormes distancias de la tierra! ¿No es para maravillarse?

Una parte de él procede sin duda de la Siberia, transportados sobre los hielos que contribuyen á formar bancos y acantilados; y otra parte de los espacios celestes, formada por fragmentos infinitesimales de esos meteoritos que pasan sobre tierras y mares en infinito número.

Argos.

 Otro articulo de interés firmado por (J.d.I.) titulado: Variedades. Sobre la existencia de un Continente artitico, publicado en la Gazette de Gironne el dia 19 de enero del 1812 nos habla de los  aconteceres hallados  en la latitud norte del planeta.

 

 

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