En una ocasión fui a visitar a Pilar que vivía en la calle de San Lázaro de Peñafiel, con Pilar nos habíamos conocido en Lloret de Mar donde ella estaba pasando unos días con un grupo de personas que poseen otras capacidades. Se ocupaban de organizar estos eventos la Fraternidad que en esta ocasión creo que era la de Segovia.
Fuimos a este encuentro un fin de semana con María del Carmen, una amiga, debido que entre el grupo había su prima Tere Vara que vivía en Valladolid y se presentaba un buen momento para verla. Debo de decir que tener la ocasión de estar con este grupo de personas como las que encontramos en la Frater fue una experiencia difícil de olvidar porque de alguna manera te transforma.
La visita a Pilar fue entrañable y durante la conversación salió el hecho de su accidente en el que perdió sus dos extreminades, dialogo que nunca antes habíamos tenido.
Pilar explico que cuando tenía 13 años un tren la arrolló pasando por encima de sus dos piernas, Añadió: este tren era un burro, andaba y se paraba, aunque iba de subía me invistió igualmente.
Tras el accidente me tuvieron que amputar las piernas, junto como ves hasta aquí arriba a medio muslo. Estuve llorando hasta los 20 años hasta que tuve la suerte que a los 25 años conocí a los minusválidos y este hecho me cambió la vida. Hicimos también muy buena amistad con a Teresita, una alma como la de Teresita yo antes nunca la había visto.
Soy modista, aprendí a coser en Valladolid y cada día había de subir tres pisos para llegar al taller, lo hacía con la ayuda de las gomas, las gomas eran unas almohadillas que me ponía en las manos que iban sujetas con unas gomas, servían para apoyar las manos en el suelo y con ellas me ayudaba a subir las escaleras y bajarlas también.
Con esta profesión de modista que aprendí y con todo lo que he podido hacer he ayudado a mis padres que vivíamos juntos con mi hermano.